He seguido con suma preocupación la crisis de una Ucrania
desmembrándose por todos lados para regocijo de unos y preocupación de
otros. Primero Crimea vuelve como hija pródiga al seno materno. Donetsk y
Lugansk siguen sus pasos y con casi el 90% de los votos apoyaron la
independencia para congoja del gobierno ucraniano y Estados Unidos, que
ven cómo ese centro industrial queda en poder ruso, que sigue cercando
propiedades, lo que les genera temor.
Rousseau en El origen de la desigualdad de los hombres indica que el
primero que tomó unas estacas, cercó un terreno, dijo: “Esto es mío”, y
encontró gente que lo creyera, fue el fundador de la sociedad civil,
naciendo la propiedad y con ello la violencia para defenderla. Putin
toma las estacas de Rousseau, las clava en estas repúblicas
convulsionadas y dice: “Estas propiedades son mías”, pero Obama y sus
aliados no le creen, y no están dispuestos a hacerlo porque esas
posesiones constituyen petróleo, poderío estratégico militar por el
control del Mar Negro, dominio económico energético sobre gran parte de
Europa, etcétera. Estados Unidos y sus aliados querrán recuperar poderío
clavando postes en otras latitudes antes que Putin ratifique su
supremacía. Putin lo sabe, abre su abanico, configura su estrategia más
allá de Ucrania herida, mira a Corea del Norte, le condona 10.000
millones de dólares de deuda; mira China y acuerdan realizar su comercio
bilateral en rublos y yuanes, excomulgando al dólar, y para joderlos
más pactan el suministro de gas desde el Kremlin a Shanghái por 300.000
millones de euros durante los próximos 30 años. Estas jugadas tendrán a
Obama y compañía con retortijones, frente a un mapa con estacas a manos
llenas, pensando dónde hacerle daño al ruso.
Recuerdo cuando mi abuelo me llevaba en su canoa a poner la catanga
para capturar camarones en Telembí, río Cayapas, Esmeraldas, ponía una
estaca a cada lado de la trampa para asegurarla de la creciente y una
tercera en tierra para amarrarla y marcar territorio. Recuerdo sus
gritos en la mañana siguiente al percatarse de que habían usurpado
nuestras presas: “Si pillo al condenao, le voy a mal enterrá una estaca
en el… ”, amenazaba iracundo.
El “juego” está candente, y este clavar y desclavar de varas puede
encender una “guerra fría” de incalculables consecuencias. García y
Ramos en Medios de comunicación y violencia señalan: “… quienes poseen y
ejercen el poder justifican la violencia por el principio del orden,
esto es por la necesidad de preservarlo…”. ¿Putin querrá “preservar el
orden” en la zona? ¿La intención de Obama será “preservar la
democracia”? La situación puede tomar ribetes inesperados.
¿Qué pasará con tantas estacas en esas manos?, ¿a dónde llegarán
estos señores en su lucha por conquistar más territorios? Da terror
saberlos con tanta supremacía disputándose nuestro mundo, como si les
perteneciera. Al verlos poner en riesgo la paz y seguridad mundial con
sus ambiciones geopolíticas, pienso que quizá sería bueno que en una
descuidada y justiciera maniobra, estos dos caballeros y sus aliados
alguna vez se pudieran mal enterrar sus estacas rousseaunianas donde
decía mi abuelo Heriberto.
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