El
otro día conversé con cierta persona. Le hacía ver mi inconformidad por
cosas que yo entendía estaban mal, sobre todo cuando se me estaba
vulnerando un derecho. Me dijo que yo debía entender que a veces los
sacrificios infinitos, tienen dulces recompensas. Me puso como ejemplo,
la tenacidad del padre con su hijo en "En Busca de la Felicidad" (Will
Smith e Hijo). Como queriendo decirme, humíllate
siempre, nunca reclames, pon la otra mejilla, sé un Tío Tom asumido y
algún día verás la recompensa. Le respondí que yo también vi la
película, y que si bien es cierto, data de un caso real, del primer
Negro que triunfó en Wall Street, ese es un caso excepcional y no una
regla que todo Negro que: se deje humillar, que se muera de sed en el
trabajo para no tener necesidad de ir al baño, y demostrarle a todos que
es más trabajador que los demás, que se queda callado cuando todos sus
compañeros se le burlan, la hacen bulling, esté destinado al final del
camino llegar a ser Gerente de una empresa. La película, tiene mucho
mensaje positivo, y alguno no tanto. Y esa conversación me lo confirmó.
Lo ideal, es que una persona triunfe corriendo en la misma pista, en
igualdad de condiciones,
sin ser chupamedias, sin dejarse humillar por
ninguna jefatura. Cuando alguien te dice "sé como el hombre de la
película" y sigue abusando del trabajador, ya sea Negro, Blanco, Obrero,
Mujer, Minoría, con todos los chantejes del sistema neoliberal, la
película se convierte en una moneda de doble interpretación. Por un lado
el abuso del sistema, por otro la rebeldía proletaria.
(Antonio Ayoví Nazareno)
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